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La Incredulidad de Tomás.

 

Después dijo a Tomás: " Pon aquí tu dedo y mira mis manos; extiende tu mano y métela en mi costado. Deja de negar y cree."

Tomás exclamó: " Tú eres mi señor y mi dios. "  Jesús replicó: " crees por que me has visto. ¡Felices los que no han visto, pero creen! ".    

Juan, XX, v. 27 - 29.

 

En esta obra retomo el grabado de ALBERTO DURERO, La incredulidad de santo Tomás, o también conocido como Jesucristo se aparece a los apóstoles, ca. 1510.

 

Selecciono un fragmento donde muestro aspectos que han sido desarrollados ampliamente en la obra de Durero, en donde se aprecia la importancia que adquiere la diversidad de la humanidad de las figuras representadas, por encima y más allá de las pretensiones moralizantes de las instituciones eclesiásticas.

Lo que me interesa resaltar es realmente la condición humana, que definitivamente sobrepasa a  la condición divina, pues como en esta imagen es evidente; la figura de Jesús está en un estado de gozo casi absoluto "éxtasis", este con su mano derecha dirige la mano de Tomás en su costado, Jesús a su vez está con su mano izquierda señalando hacia el cielo, haciendo una conexión que encierra un circuito entre lo profano y lo sagrado , entre lo humano y lo divino. 

 

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